11 de octubre de 2016

Miedo a la incomunicación??

Me siento en el tren, me esperan dos horitas de trabajo antes de mi próxima reunión.

Abro el portátil dispuesta a hacer fructífero ese camino cuando empiezan a sonar las primeras llamadas... A una señora que está a mi lado le quieren vender los de Jazztell una verdadera ganga "Señora ya que tiene el fijo o el móvil, le rebajamos el internet (..,)"  y la señora que es bastante mayor le recalca una y otra vez "pero si yo no tengo -ni quiero-internet" debe insistir el teleoperador de turno porque la pobre mujer no hace más que decir "insisto, que le he dicho que no tengo internet sólo el fijo y el móvil"... La dejo con su discusión e intento meterme en la presentación que debo defender... y vuelve a sonar otra melodía en algún lugar de este vagón "claro cariño, mi madre llega a las 9 y tenemos que ir a buscarla a la estacion... Sí, sé que es tu partido de padel pero no le vamos a dejar venir sola con las maletas..." Suena nuevamente el teléfono, pero esta vez es el mío ¡qué suerte tengo que siempre me dicen que me ha tocado algo en algún concurso, del que nunca recuerdo haberme inscrito...!-

En fin, me rindo.. sé que hay vagones del silencio, donde solamente se oye el traqueteo del tren, pero me gusta estar en el mundillo, jeje

Un inciso, lo de estar en el tren revisando mi presentación es una licencia poética (más bien era en el autobus 32 para ir al taller a dar un parte de mi coche que me rompieron la ventanilla el otro día para robarme la radio -pero esa es otra historia-).

Lo que quiero reflexionar es sobre el papel que los nuevos teléfonos móviles nos han traído...lo comentábamos el domingo en la Latina, mientras buscábamos una mesita libre -con 9 sillas ¡por favor!- en una terracita ya que hacía muy buen día para meternos dentro -ya tendríamos tiempo y nos hartaríamos de locales cerrados-

Bueno, pues retomando el tema, comentábamos lo impuntuales que nos hemos vuelto, antes quedabas en un sitio/hora concreta, podrían esperarte 5/10/15 minutos a lo sumo pero si sabías que no te iba a dar tiempo, habías avisado con tal antelación que no jugabas con el tiempo de los demás.

Otra de las "perlas" que nos ha traído el móvil es el continuo tintineo de notificaciones...el otro día me contaban que hay herramientas para silenciar determinadas aplicaciones y que no te molesten sus avisos... porque reconozcámoslo en cuánto ves una lucecita de que "algo" te ha llegado...terminas mirándolo, aunque sea la carita/sonrisita/meme de turno -yo antes de saber esto, lo metía en el fondo del bolso en silencio, hasta que pudiera contestar o reirme a gusto!!! sabía que si pasaba algo realmente importante/urgente siempre estaban los fijos...

En fin, ¿tenemos exceso de comunicación?. ¿Nos da miedo sentirnos incomunicados?. ¿Tenemos necesidad de saber o escuchar los problemas/alegrias de las personas que viajan a nuestro lado? Ahí lo dejo...








Insolidaridad o insensibilidad

Esta mañana he ido a ratificar una denuncia (no sé ya el número de veces que me han roto la ventanilla y robado la radio del coche...puagg) bueno pues entro en la sala de espera de la comisaría y me encuentro una señora medio llorando... 

Entre lágrimas nos empieza a contar -a la policía que estaba con ella y a mí- que le han dado un golpe con el coche y el culpable se ha dado a la fuga, sin preocuparse por lo que había pasado o si le había hecho algún daño.

Para más inri esta mujer, la dejaremos en el anonimato, tenía una minusvalia y me contaba que ante hechos así se ponía muy nerviosa ya que no tenía la misma capacidad de reacción que los demás... Me he quedado un ratito con ella hasta que me han llamado y he podido saber que había enviudado hace poquísimo y estaba haciendo miles de papeleos por este trámite...

La verdad es que me ha conmovido...en ese momento sólo le he abrazado muy fuerte, dado un vaso de agua y le he dicho bajito: "yo le puedo acompañar a esos tramites,  ahora mismo estoy en búsqueda de trabajo pero al no tenerlo puedo ir con usted al sitio que necesite..." la pobre me miraba alucinaba... Yo sé lo estaba diciendo totalmente convencida, pero en ese momento me han llamado y no podía quedarme más con ella...confiaba que me estuviera esperando a la salida y asi coordinar con ella en que le podía echar una mano.

Pero no ha sido así, he salido y ya se había ido, pero me he quedado pensando: qué triste que vayamos por la vida a nuestra bola, con nuestras preocupaciones, sólo pensando en lo nuestro. Qué diferente hubiese sido el escenario si esa señora, sí la misma!! recién enviduada, pero que en el caso del choque, la pareja -los culpables- se hubieran bajado, preguntado qué tal estaba o si en algo le podían ayudar. No creéis???